Palpitante hielo son los brazos que rodean
los húmedos flancos.
Tímido sol de pétalos blancos
desganado confortas
el polvoriento contenido de los sepulcros.
Eres aquella tumba, profano altar.
Eres herida profunda,
negro relámpago atado a mi carne.
Mientras tus labios carcomidos
reptan sobre mi frente
guardo en ti mi cuerpo
como el mejor de los recuerdos.
Poema publicado en la revista Nudo Gordiano de febrero 2019.
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