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lunes, 7 de diciembre de 2020

 

Habito este corazón con todas 

sus culpas y todos sus esqueletos

cautivos a ras de tierra.


Vuelve a mí el gesto errante 

y el lenguaje agreste 

a través de la noche húmeda.


Pendiente queda mi esperanza

como el último símbolo sagrado

sobre el aire desierto.


Poco a poco me convierto 

en martilleo constante, 

como triste música de fondo. 


Sin darme cuenta cuán cerca 

de mí está la muerte.