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jueves, 19 de noviembre de 2020

 

Es mar el grito del ojo,
como velo insomne se reparte
en bosquejos de sombra.

No alcanza la deriva para mirar
muy adentro de mi corazón
y confrontarlo repleto de voces.

Es como el mar, esta noche nueva
cuya piel va salpicada de bruma
y carbones dormidos.

Desdichado es quién vuelve ciego
desde la soledad de islas remotas
sin conservar nada para sí.

Tal como yo he vuelto de mí tras descubrir 

el naufragio de todos mis elementos rotos.

 

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