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martes, 1 de septiembre de 2020

Cebollas (2018)

 


 Hitomi era como yo, otra errante de los planos. 

 Nos escurrimos en el tiempo para modificarnos y encontrar aquella personalidad que nos liberara. Hemos coleccionado tantas que ya perdimos la cuenta pero no podemos parar, hasta que llegue el día destinado.

Por eso nuestras caras fueron borradas como signo de nuestra condición pues somos parásitos de la mente cósmica. Las víctimas cambiaron y nosotros junto a ellas, nunca volvimos a ser los mismos. Capa sobre capa, surco que intersecta y bifurca la línea en posibilidades infinitas, así como las cebollas. 

 Por ello nuestras caras fueron borradas, como signo de nuestra condición parasitaria. Nuestras víctimas cambiaron y nosotros junto a ellas, nunca volvimos a ser las mismas. Capa sobre capa, surco intersectando la línea en posibilidades infinitas.

 Viajamos por el Ciclo Interminable para hurgar en cada visión, en cada escondite pero no hayamos nuestro objetivo, esa piel definitiva. Al interior somos cientos a la espera de la llave que nos haga emerger de las profundidades de nuestra conciencia porque estamos atrapadas en nuestro propio universo.

 —Recoge los restos de la torre golpeada por el rayo pues ya no quedan huesos para sostener la carne— dijo, como presagio del futuro conflicto.

Creo que en realidad somos un abismo. 

¿Quién será el que nos salve? 

No soy yo, no será nadie. 





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